Dicen que si quieres conocer a una persona, debes escucharle inventarse un cuento porque ahí es donde aflora el subconsciente. Los personajes, las situaciones, el entorno etc, da muchas pistas de quienes somos en realidad.
En esta ocacasión Diego Tomé nos pedía que directamente fuéramos nosotros mismos los protagonistas de un relato. Ni Juan, ni María, ni Laura, ni Javier. El prota debía ser EduCosta y tenía que tener un gran componente personal, PERO…
…PERO, la acción debía suceder en un entorno que no nos pegara nada y yo jamás de los jamases me imaginaría aquí:
TRES PALABRAS
UN AÑO ANTES.
Mientras le acompañaba a la puerta, Carmen le dijo con tono burlesco, «-Edu, piensa lo que te he dicho, me tienes que decir tres palabras que te definan, si es que eres capaz, que conociéndote…-» Tras una cálida sonrisa y un guiño la cerró, dejándole a él fuera y a ella dentro.
Ver las puertas cerrarse siempre generaban en Edu un vacío. Una puerta cerrada anulaba el tiempo, el pasado y el presente. Había algo en ver una puerta cerrarse que no podía asimilar. Una puerta cerrada era soledad, desgana y desierto. Se fue camino a su casa.
Cuando una puerta se cierra, se da cuenta que todas las demás también lo están. Pero aquel día vio una abierta, la de la iglesia de su barrio, el Perchel, estaba abierta. –¿Cómo es que nunca he entrado aquí? – Le entró curiosidad.
TRES MESES ANTES DE ENCONTRAR LAS TRES PALABRAS: PROYECTO
Eduardo, tú has estudiado y sabes qué significa proyecto. Proyecto es involucrarse, proyecto es ir de principio a fin, pero no la parte que se ve. El proyecto es todo. Las cosas feas también son proyecto, lo que nadie quiere hacer, también es proyecto. Hay mucho que hacer y sabes que es realmente duro. Es un reto grande, grande y te necesitamos.
Eduardo, ¿formas parte?
TRES SEMANAS ANTES DE ENCONTRAR LAS TRES PALABRAS: EQUIPO
Edu, escucha, aquí somos un equipo. Haz caso al hermano mayor, que la primera vez es siempre dura. Tú no te preocupes, que David a tu izquierda y yo a tu derecha vamos a darlo todo y estaremos pendientes de ti y tú debes estarlo de nosotros. Nos protegemos y nos cuidamos. Somos un equipo, todos a una. El trono pesa mucho, mucho y la procesión es larga, tú has preparado la travesía, lo sabes.
Si ves que a Juan, delante tuyo, empieza a curvarse, tú coges más peso, que él tiene problemitas en la espalda. Javier cojea, si ves que tal, lo mismo. Yo cada poco te daré un toquecillo y tú me miras y en función de tus ojillos ya sabré yo cómo vas ¿Entendido, hermano?
TRES MINUTOS ANTES DE ENCONTRAR LAS TRES PALABRAS: PASIÓN
Es verdad. Cuando dejas de ver se te acentúan los otros sentidos y siendo cofrade, debajo del trono, apenas ves los pies y la espalda del de delante, pero sientes toda la pasión. Sientes cómo el mundo se agolpa delante de la puerta de la iglesia, cómo ansían la salida del paso. La pasión de tus compañeros, tu equipo, tus hermanos respirando hondo concentrados.
El olor del incienso y el olor personal de cada uno se mezcla en tu corazón. Ese olor no lo olvidas jamás. La pasión de los niños jugando, señoras rezando, jóvenes jaleando, hombres llorando, adolescentes cantando y tú estás ahí, a los pies de la Virgen del Carmen a la espera. Suena la campana. Todos los corazones de los cofrades laten a la vez con la pasión de un equipo que persigue un gran proyecto. Y nos levantamos.
EDUARDO ENCUENTRA LAS TRES PALABRAS: CARMEN
Al acabar, Carmen le estaba esperando, iba vestida como un ángel. Edu, con la poquita voz que le salía tras el esfuerzo y la posterior eclosión de pasión por lo vivido con su equipo en ese tan magno proyecto, le dijo chulesco
—Wow, jamás pensé que te vería así vestida, Doña Elegante —a lo que ella le respondió.
—Ni yo jamás pensé que vería al mismísimo señor Eduardo pasear la Virgen.
—Ya, ni yo. —Edu se sincera relajado—. Por cierto, —prosigue— tengo mis palabras, Carmen, son “pasión”, “equipo” y “proyecto”.
Carmen le miró con una mirada de despertar, pasional e infinita y dijo:
—Edu, pues si el equipo puede ser de dos, te propongo un proyecto lleno de pasión.-