Voy por la autopista, la A7, son las 16:32; hacen 27º en el exterior del coche. Voy a 118 km/h. A mi izquierda hay una pradera de cultivo. Paso por una señal; estoy en el kilómetro 193. A 500m. hay una salida para Loja. Sigo en la provincia de Granada. Hace sol. A 300m hay una salida para Loja. El paisaje es llano, de campos de trigo. No hay nubes en el horizonte. Se ve un polígono industrial compuesto por naves dedicadas, parece ser, al ganado. —“Se le ha denegado desde la central”—.
Javier, debes concentrarte en el presente, me digo.
Sigo por la autopista A7. Veo un coche ascendiendo por el carril de aceleración proveniente de Loja. No tengo la radio puesta. El coche es rojo y viejo. Las líneas de la calzada pasan una tras otra. No logro verle la matrícula. —Te darán el crédito y saldremos adelante—. Voy a 116 km/h. Miro por el retrovisor, no viene nadie por el carril izquierdo. Me duele algo la espalda. Tengo algo de calor. Hoy es 18 de Julio. ”—Dadas las condiciones no podemos avalarle”—
Javier, olvídate, estás aquí y ahora, me insisto.
Mi coche consume actualmente 6,2 l/100km. Pongo el intermitente hacia el lado izquierdo. Me giro por si se me pasara la molestia de la espalda. —Ya verás, podremos respirar tranquilos—. Detrás de los campos, a lo lejos, hay unas montañas bajitas. El sol viene por la derecha. Procedo a cambiarme de carril para dejar que el coche se incorpore a la autopista A7. Las laderas posteriores están cubiertas de cultivo alineado, verde y frondoso. La molestia perdura. Por el carril contrario circulan tres coches seguidos. El aire me desplaza a la izquierda ligeramente. Uno es gris, otro negro y el tercero rojo. —“Javier, está en una situación muy comprometida”—
Javier, ahora no es el momento de pensar en ello, me repito.
Acelero para ponerme otra vez a 120km/h. Respiro hondo. Mis manos están sujetando el volante a las dos menos diez. —»Quizás podremos mandar a los niños de campamento, para que desconecten«—. Hace calor en el interior del coche. Ya he dejado Loja a mi izquierda. Pongo el aire acondicionado. El paisaje es “muy castellano”. El coche rojo acelera detrás mío. Primero pongo la temperatura al mínimo y después articulo la potencia del ventilador. El coche rojo me adelanta. Voy a unas 3.200rpm. Pongo el aire potencia media. —“Tiene 30 días o pasaremos a embargarle su casa”—
Javier, recuerda: ahora es ahora, me afirmo.
Noto cómo baja la temperatura. Me rasco la espalda justo en la columna. A lo lejos se ve un camión. Tengo la boca algo seca, respiro por la nariz. Las ruedas del lado izquierdo pasan por un pequeño bache. —»Tengo un presentimiento; mañana te irá genial«—. Cambio de posición las manos: cojo el volante a las ocho y veinte. Paso por debajo de un puente. A la izquierda un árbol solitario da cobijo a un pastor y sus ovejas. El camión está cada vez más cerca. El coche suena bien. Voy ligeramente cuesta abajo: suelto el acelerador. La montaña del fondo está coronada por una cruz. —“Pruebe a pedirle dinero a un amigo o compañero de trabajo”—.
Javier, no estás ni en el pasado ni en el futuro, me relajo.
Veo un coche que viene detrás muy rápido. Debo limpiar el interior de mi Fiat. El retrovisor está ligeramente mal colocado. Lo ajusto. El coche que se acerca es negro. —»Después de todo lo que hemos pasado, nos merecemos un golpe de suerte«—. Arrastro el dedo índice por el salpicadero. Es un Audi Q7 que irá a 200km/h. Mi dedo deja un ligero surco de polvo. Otro bache. El indicador de temperatura está a 90º. El todo terreno me adelanta a toda velocidad. El asfalto parece nuevo. Paso por un pequeño puente “arroyo de Fuentefría —”Lo perderá todo si no abona el crédito”—
Javier, desconecta tu mente, conecta tu cuerpo, me planteo.
El arcén izquierdo es más pequeño que el derecho. El camión está cada vez más cerca. Son las 16:35. Mi coche ha recorrido 109.476 km. hasta hoy. El camión está cada vez más cerca. La espalda ya no me molesta. Voy a 118km/h. A la izquierda hay un rebaño de ovejas pastando. El camión está parado en la autopista. Voy a 118km/h. Aquella nube tiene forma de perro. El camión está parado en la autopista. Noto el frío en el cuerpo. Me queda medio depósito de combustible. El camión está cada vez más cerca. Voy a 118km/h. —»Has fracasado como padre y como hombre»—.
Javier. El camión ocupa casi toda la calzada. ¡ME GRITO!
Voy a 118km/h
El camión ha tenido un accidente.
El camión ocupa casi toda la calzada.
Freno fuerte.
Hay huellas de neumático.
Voy a 90km/h.
El coche se tambalea del frenazo.
Me aprieta el cinturón.
Las manos agarran fuerte el volante a las tres menos cuarto.
El camión está cada vez más cerca.
Freno todavía más fuerte.
El camión ocupa casi toda la calzada.
Escucho mis ruedas soportar la tensión del frenazo.
Voy a 65km/h.
El coche se tambalea.
Hay hueco por la izquierda.
El camión ocupa casi toda la calzada.
Hay restos de cajas por el asfalto.
Hay hueco por la izquierda.
Hay charcos de combustible del camión.
El camión ocupa casi toda la calzada
Voy a 55km/h
El pie derecho aprieta a tope del pedal del freno.
Miro por el retrovisor. No viene nadie
Me aprieta fuerte el cinturón.
Giro el volante a la izquierda 45 grados.
El coche se inclina muchísimo por la inercia.
Hay hueco por la izquierda.
Voy a 40km/h.
Noto la reacción del ABS del coche.
Enderezo para pasar por el hueco o me estrello.
El coche cambia de trayectoria.
Hay charcos de combustible del camión.
El coche se enfila hacia el hueco.
Enderezo para pasar por el hueco o me estrello.
Voy a 35km/h.
El camión ha tenido un accidente.
Paso por el hueco.
El camión ocupa casi toda la calzada.
La autopista está despejada delante mío.
El camión ocupa casi toda la calzada.
Hay hueco por la izquierda.
Suelto el pedal del freno.
Voy a 15 km/h.
He pasado por el hueco.
La autopista está despejada delante mío.
He pasado por el hueco.
Llevo el coche al arcén izquierdo.
Estoy ileso.
He pasado por el hueco.
El coche quedó intacto.
Paro el coche en el arcén izquierdo.
Me quedo quieto.
Respiro hondo.
Me quedo quieto.
Respiro hondo.
Me quedo quieto.
Respiro hondo.
Me inclino sobre el respaldo. Respiro hondo. Tiemblo. Me quito las gafas y me restriego los ojos con las manos. Tiemblo. Respiro hondo. Vienen de frente apresuradamente dos coches de policía con las luces. Situación controlada. Respiro hondo. La autopista está despejada delante mío. Miro hacia todos lados. Respiro más tranquilo. Miro por el retrovisor. El camión ocupa casi toda la calzada. Estoy ileso. El coche intacto. Respiro hondo. Situación controlada. Respiro con más calma. Relajo los brazos. Resoplo. Relajo las piernas. La policía llega al camión. Situación controlada. Relajo más los brazos y las piernas. Respiro más calmado. Situación controlada. Ya no tiemblo.
Cojo el móvil. Escribo:
Cariño prepara a los niños, hoy nos vamos de cena; tengo que contaros la mejor de las noticias.